No cesan las quejas de los turistas, tanto extranjeros como nacionales, por los altos costos de los servicios y productos turísticos en la ciudad de Cartagena, situación que ahuyenta el turismo de la ciudad y que, además, está afectando los ingresos del distrito que son de gran importancia para el sector turístico de país, dejando en la calle a muchos trabajadores formales e informales que dependen de esta actividad económica.
“Por eso odio ser turista en mi propio país. Alguien que me diga ¿Desde cuándo uno tiene que pagar 250 mil pesos en servicio por sentarse en una playa pública? PLAYA BLANCA es lo peor que tiene Cartagena…Alcaldía de Cartagena por favor ¿HASTA CUANDO EL ROBO? ¡¡¡¡¡Difundan!!!!!”, es la queja de la gerente de marketing digital, Febe López.
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Cuando un turista viaja a Cartagena y desea disfrutar de las playas por lo general se negocia la carpa con el carpero, este servidor ofrece carpa + sillas + servicio en un solo precio.
La turista indicó que ese paquete le salió en $30 mil pesos, pero que sorpresa se llevó cuando le indicaron que debía $250 mil pesos por este servicio. «Negociamos en 30 mil las sillas + el consumo. Al final me entero que los 250 mil iba incluido: 1. El trabajo de ellos del cual no se cual fue ya que dure 3 horas allí. 2. Seguridad (según vigilancia para que nadie nos robara) 3. Que tenían que pagarle al de la basura.»
La queja de la ciudadana Febe López, es una de las muchas que turistas, nacionales y extranjeros, expresan indignados al sentirse robados, sin que las autoridades civiles y de policía hagan algo al respecto, más cuando se trata de la ciudad colombiana declarada como patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984.
Cartagena es vendida tanto a nivel nacional como internacional, por toda la historia colonial que encierran sus largos kilómetros de antiguas murallas, además de sus lindas playas ubicadas en la ciudad y en la zona insular conformada por arrecifes de coral que invitan a hacer turismo, descansar y divertirse con la refrescante brisa y las tibias aguas del mar.
Sin embargo, toda esta hermosura de Cartagena pierde su encanto cuando los turistas se sienten acosados por los vendedores ambulantes que deambulan sin control por todas las playas de la ciudad, además de los altos precios que se cobran por los servicios de carpa, sillas, alimentos, bebidas, entre otros, que significan una mala publicidad para una ciudad que se erige como un destino turístico.
Expertos han coincidido en que, el principal problema a enfrentar para mejorar los servicios turísticos de la ciudad, es su debilidad institucional que no le permite hacer frente a los abusos a que son sometidos los turistas por los nativos y operadores turísticos que buscan su beneficio personal por encima de los intereses de la ciudad.
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El electo presidente Gustavo Petro quiere proyectar el turismo “como uno de los mayores generadores de bienestar económico y social local…estableciendo las medidas necesarias teniendo en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y ambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades locales, en línea con la Organización Mundial del Turismo.”
Esto implicaría una institucionalización del sector, que redundará en mejoría sustancial y mayor control de las variables que hasta hoy están perjudicando este importante sector de la economía, no sólo en Cartagena, sino en todo el país.
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