En una controvertida propuesta de presupuesto federal para 2026, el presidente estadounidense Donald Trump busca implementar recortes drásticos a programas sociales clave, mientras propone un fuerte incremento en el gasto militar y de seguridad.
La iniciativa, impulsada desde la Casa Blanca, plantea una reducción de $163.000 millones de dólares en gastos no relacionados con defensa.
La propuesta incluye ajustes significativos en sectores como la salud pública, la educación, la protección ambiental y programas de energías limpias.
Instituciones como los Institutos Nacionales de Salud y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades enfrentarían recortes sustanciales, a pesar de desempeñar un rol clave en la lucha contra enfermedades graves como el cáncer. A la par, agencias federales como el FBI, la DEA y la ATF también verían reducidos sus recursos.
La Casa Blanca plantea reducir 163 mil millones de dólares en áreas sociales como salud y educación
En contraste, el Departamento de Defensa recibiría un aumento presupuestario del 13%, superando el billón de dólares, lo que refleja un cambio de prioridades que favorece la seguridad nacional y el poderío militar.
Esto ocurre a pesar de las anteriores promesas de Trump de reducir la presencia militar estadounidense en el extranjero y finalizar las denominadas “guerras eternas”.
Otro de los beneficiarios del presupuesto es el Departamento de Seguridad Nacional, encargado del control migratorio, que recibiría un incremento del 65 % en su financiamiento.
Esta asignación refuerza la agenda antiinmigrante de Trump, centrada en el refuerzo de las fronteras y la detención de migrantes.
Una característica peculiar del nuevo plan es su aparente alineación con el llamado “grupo Doge”, un colectivo informal liderado por Elon Musk que ha comenzado a ejercer influencia en distintas agencias federales. Su objetivo: eliminar lo que consideran “despilfarro, fraude y abuso” dentro del sistema gubernamental.
Doge ha promovido medidas como la reducción de la ayuda exterior y una drástica reforma de USAID, la agencia que proporciona asistencia a países en desarrollo.
Aunque la propuesta aún debe pasar por el Congreso, este plan de austeridad social y militarización del presupuesto marca una tendencia clara en la visión de gobierno de Trump, donde la eficiencia fiscal se entrelaza con intereses corporativos y un endurecimiento del aparato de seguridad nacional.
Con información de agencias internacionales.
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