Hace tan solo pocas horas se dio a conocer ante el mundo la noticia del fallecimiento del Príncipe Felipe de Gran Bretaña, esposo de la Reina Isabel II. El también Duque de Edimburgo murió a sus 99 años, en tranquilidad en el Castillo de Windsor.
Aún se desconoce con exactitud el motivo de la muerte del Duque, sin embargo, no es un secreto que, entrado en la última década de su vida, al cumplir 90 años, Felipe vio fuertemente disminuida su salud, por lo que debió alejarse de la vida pública, para solo dejarse ver en pocos eventos, mayormente familiares.
El 16 de febrero, el Príncipe Felipe fue ingresado en el Hospital de San Bartolomé para que le fuese practicada una operación de corazón. Posteriormente fue trasladado hasta el hospital King Edward VII, en Londres, Reino Unido, para recuperarse de la intervención quirúrgica. Estuvo allí hasta el pasado 16 de marzo.
La vida de Felipe de Edimburgo
Nacido en Corfú, Grecia, Felipe era hijo del príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca, por lo que pertenecía a la Casa Real de Grecia por nacimiento, y por su matrimonio con la princesa Isabel, la hija del rey Jorge VI, ingresó a ser parte de la Casa Real británica.
El Príncipe Felipe habría sido un héroe para su país en medio de la Segunda Guerra Mundial, y según han asegurado varias personalidades cercanas a la corona, era un hombre espontáneo, altruista, que dedicó su vida al servicio de la gente y al apoyo de su esposa, la Reina Isabel II.
Desde la página web de la Familia Real, se reveló un comunicado a la opinión pública sobre la noticia de la muerte de Felipe de Edimburgo.
Muchos parlamentarios en el mundo lamentaron su fallecimiento, honraron su vida y ofrecieron su solidaridad a la familia real y la Reina Isabel II.
Uno de ellos, Boris Johnson, el primer ministro británico, destacó la labor de Felipe como hombre, esposo, padre y abuelo.