La creciente tensión entre dos de los gigantes tecnológicos más influyentes del siglo XXI, Elon Musk y Sam Altman, ha escalado a un nuevo nivel: un tribunal federal ha fijado el mes de marzo de 2026 para iniciar el juicio que definirá el futuro de OpenAI.
El conflicto legal nace de la demanda interpuesta por Musk, quien acusa a la organización de violar el acuerdo fundacional de actuar como una entidad sin ánimo de lucro.
El inicio del juicio entre Elon Musk y OpenAI
La controversia se centra en la transición de OpenAI hacia un modelo corporativo con fines de lucro.
La empresa, creadora del popular modelo de lenguaje ChatGPT, ha estado explorando una reestructuración para atraer hasta 40 mil millones de dólares en inversión privada. Sin embargo, la mitad de esos fondos dependerían de que la organización se transforme formalmente en una entidad lucrativa antes de que finalice el año.
Durante la última audiencia judicial, el abogado de OpenAI aceptó prolongar el proceso, permitiendo un análisis más detallado con la participación de expertos. Mientras tanto, un juez ya negó una petición de Musk que buscaba frenar la reestructuración de la empresa.
Frente a la presión legal, OpenAI ha dado un paso atrás en sus planes más agresivos.
Sam Altman, su director ejecutivo, comunicó esta semana que la matriz sin fines de lucro seguirá controlando las operaciones comerciales, reafirmando su compromiso con el acceso abierto y democrático a la inteligencia artificial.
“Queremos abrir modelos eficaces y permitir a los usuarios decidir cómo usar nuestras herramientas, incluso si no siempre compartimos su marco ético”, afirmó Altman en un reciente blog.
Este giro estratégico contrasta con la propuesta de diciembre de 2023, que contemplaba transformar la división comercial en una Corporación de Beneficio Público (CBP), opción que habría limitado el control de la organización sin fines de lucro.
Este enfrentamiento no solo es una disputa interna entre fundadores. Lo que está en juego es la dirección que tomará el desarrollo de la inteligencia artificial a nivel global: ¿un modelo ético sin fines de lucro o una estructura que priorice la rentabilidad y el dominio del mercado?
El veredicto en 2026 podría sentar un precedente crucial para la industria tecnológica en su conjunto.
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