
La Unión Europea (UE) ha decidido retrasar la imposición de aranceles de represalia a exportaciones estadounidenses por valor de 25.000 millones de dólares (21.000 millones de euros), una pausa estratégica destinada a mantener la puerta abierta para negociaciones comerciales de último momento después de que el presidente Donald Trump anunciara planes para imponer aranceles del 30 por ciento a las importaciones de la UE a partir del 1 de agosto.
El Financial Times informó que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, confirmó que los aranceles que debían entrar en vigor el 14 de julio se pospondrían hasta principios de agosto, lo que refleja la preferencia constante de la Comisión por una solución negociada con Washington.

Von der Leyen enfatizó que la UE siempre ha favorecido una solución diplomática por sobre la confrontación, destacando la voluntad del bloque de evitar la escalada mientras sea posible mantener conversaciones significativas.
Macron y Merz ofrecen estrategias contrastantes
A pesar de la urgencia, han resurgido las divisiones internas en la UE sobre la mejor manera de abordar las negociaciones. El presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Friedrich Merz, se han convertido en voces clave que ofrecen orientaciones contradictorias a la Comisión.
Macron instó a la Comisión a acelerar los preparativos ante posibles represalias. Señaló que Francia consideraba esencial una respuesta contundente si no se alcanzaba un acuerdo antes del 1 de agosto. En su opinión, la UE debería estar preparada para movilizar todas las herramientas disponibles, incluido el instrumento anticoerción del bloque, si las negociaciones fracasan. Macron también instó, según se informa, a la Comisión a reafirmar la determinación de la UE de defender sus intereses económicos con determinación y unidad.
En cambio, Merz abogó por un enfoque más cauteloso y pragmático. Medios alemanes informaron que la canciller mantuvo extensas conversaciones con von der Leyen y Macron durante el fin de semana, e instó a que las dos semanas y media restantes se utilizaran para buscar un avance diplomático. Sugirió que aún era posible llegar a un acuerdo y expresó su compromiso de encontrar una solución.
Los funcionarios de la UE se muestran escépticos de que Trump actúe
Varios funcionarios de la UE expresaron dudas sobre si Trump cumpliría su amenaza. El Financial Times citó a fuentes de alto nivel en Bruselas que afirmaban creer que la advertencia arancelaria del 30 % del presidente estadounidense, Donald Trump, era una táctica de negociación diseñada para aumentar su influencia.
Un funcionario sugirió que medidas tan drásticas podrían provocar reacciones negativas por parte de los inversores estadounidenses y argumentó que la presión del mercado podría disuadir a la administración. El mismo funcionario indicó que la UE confiaba en las fuerzas del mercado para influir en la decisión final de la Casa Blanca.
Este sentimiento pareció determinar la estrategia de la Comisión. Si bien la primera ronda de contramedidas se ha pospuesto, von der Leyen confirmó que continuarían los preparativos para un segundo paquete más amplio, que abarcaría hasta 72 000 millones de euros en productos estadounidenses. Sin embargo, afirmó que el bloque no estaba dispuesto a recurrir a su mecanismo anticoerción en esta etapa, describiendo la situación como grave, pero aún no extraordinaria.
Francia pide una postura más dura
Según informes, Macron argumentó que la credibilidad de la UE dependía de su capacidad para responder con contundencia a las amenazas externas.
Sugirió que el reciente anuncio estadounidense, tras semanas de lo que él consideraba un compromiso de buena fe con la UE, justificaba una reacción más firme. Se decía que el presidente francés apoyaba la intensificación de las negociaciones, pero solo junto con una preparación firme para tomar represalias si la amenaza de Trump se materializaba.
Este enfoque reflejó el creciente descontento entre los líderes y grupos industriales del sur de Europa. Coldiretti, la poderosa asociación agrícola italiana, advirtió que los aranceles propuestos por Trump podrían devastar las exportaciones alimentarias italianas y generar pérdidas estimadas en 2.300 millones de euros.
Su presidente, Ettore Prandini, afirmó que, si se implementaban los aranceles de Trump, la estrategia de la Comisión se consideraría un fracaso y la UE pagaría las consecuencias de una política comercial dominada por Alemania, según informó el Financial Times.
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