China podría unir fuerzas con los talibanes en Afganistán devastado por la guerra para tomar el poder en el Medio Oriente mientras las tropas de Estados Unidos y la OTAN retroceden después de 20 años de derramamiento de sangre, han dicho expertos.
Beijing ha estado esperando entre bastidores el momento adecuado para abalanzarse sobre un acuerdo comercial con Kabul al extender su Corredor Económico China-Pakistán de 62.000 millones de dólares a Afganistán como parte de su ambiciosa iniciativa de la franja y la ruta de la seda.
Afganistán se ha visto envuelto por la violencia desde fines de la década de 1970, destruyendo su infraestructura y economía, pero la seguridad de la nación es vital para la dominación global de China bajo el BRI, que abarcará 60 países.
Varios jugadores están dando vueltas para aprovechar el vacío de poder y el país enfrenta un futuro incierto con los ataques de los talibanes desenfrenados y la amenaza de una guerra civil que se avecina.
Significa que China quiere afirmar su dominio en Afganistán para mantener la estabilidad política en la región y expandir sus intereses económicos, dijo Robert Clark, de la Sociedad Henry Jackson.
«China tiene intereses económicos en Afganistán, es una enorme base de depósitos minerales con zinc y cobalto necesarios para los microchips y, bajo las sanciones de Estados Unidos, China se ve obligada a producir sus propios microchips», dijo Clark a The Sun Online.
«China es un socio silencioso. A China también le preocuparía que los grupos terroristas pudieran amenazar su seguridad».
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Seguridad primero
Aprovechar Afganistán le daría a Beijing un punto de apoyo estratégico en la región con el país actuando como un centro comercial crucial que conecta el Medio Oriente, Asia Central y Europa, impulsando la influencia de China en todo el mundo a un costo estimado de $4,5 billones de dólares.
El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, confirmó que Beijing quiere expandir «sustancialmente» sus proyectos BRI en el país destrozado y «profundizar el mecanismo de diálogo» entre las naciones.
La falta de infraestructura y la abundancia de recursos naturales hacen de Afganistán un objetivo lucrativo de la inversión china, pero también implica riesgos.