Hasta ahora Estados Unidos ha lanzado aproximadamente 800 misiles y siete rondas de ataques aéreos contra los rebeldes hutíes respaldados por Irán en el Mar Rojo.
A pesar de esta prolongada campaña militar –la más prolongada e intensa desde las operaciones contra el ISIS– los resultados no son muy buenos. La operación continúa siendo un gran peso para el erario y no se vislumbra un final a la vista.
Guerra en el Mar Rojo sigue siendo un devorador de dinero
Los esfuerzos de la Armada de Estados Unidos para proteger el transporte marítimo comercial han llevado a despliegues prolongados de buques de guerra en el Mar Rojo, informó Politico.
Funcionarios de defensa sostienen que el papel de la Armada en la protección de los buques comerciales es vital. La intensidad de los ataques hutíes, con drones, misiles y barcos cargados de explosivos, exigía una respuesta internacional.
El representante Mike Waltz, presidente del Subcomité de Preparación de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, criticó los costos de la misión, describiéndola como un “devorador de dinero” alimentado principalmente por el apoyo de Irán a los hutíes.
Aunque han participado buques británicos, franceses, holandeses y japoneses, los buques de guerra estadounidenses han sido los más afectados. La Armada estadounidense ha estado continuamente involucrada en la interceptación de oleadas de drones lanzados por los hutíes, utilizando cientos de misiles multimillonarios.
Las fuerzas estadounidenses dispararon más de 135 misiles Tomahawk, con un coste de más de 2 millones de dólares cada uno, y 155 misiles estándar diversos, con un precio de entre 2 y 4 millones de dólares cada uno, informó Político.
Durante el despliegue prolongado del grupo de ataque del portaaviones USS Eisenhower, el avión F-18 a bordo del Eisenhower también lanzó 60 armas aire-aire y 420 aire-tierra. Desde entonces, el Eisenhower ha sido reemplazado por el grupo del portaaviones USS Theodore Roosevelt, que continúa defendiéndose de los drones hutíes a diario.
A pesar de ello, no parece que las capacidades de los hutíes estén siendo neutralizadas ni sus ataques mitigados.
El grupo respaldado por Irán tiene una cadena de suministro estable en lo que respecta a sus armas. Las empresas iraníes y chinas siguen suministrando componentes para los misiles y drones hutíes.
Las sanciones impuestas por Estados Unidos no parecen haber disuadido este comercio.
El representante Joe Courtney, el demócrata de mayor rango en el panel de Poder Marítimo de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, reconoció las presiones financieras y operativas que soporta la Armada. Sugirió que los legisladores podrían tener que considerar un presupuesto complementario para sostener estas operaciones prolongadas.
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