El avión de combate F-35, en riesgo: aranceles de Trump encarecen la estrella de EE. UU.

Avión de combate F-35 de Estados Unidos.
Avión F-35 de Estados Unidos. Foto: Marina de Estados Unidos.

El F-35 Lightning II, considerado uno de los cazas más avanzados del mundo, podría convertirse en una víctima colateral de las políticas comerciales de Donald Trump.

Aunque ha sido un éxito de exportación desde su despliegue en 2015, con más de 1.130 unidades vendidas en unos 20 países, este sofisticado avión enfrenta ahora una amenaza financiera sin precedentes.

Avión de combate F-35 de Estados Unidos.
Avión F-35 de Estados Unidos. Foto: Marina de Estados Unidos.

Trump amenaza el modelo de producción internacional del F-35

El modelo de producción del F-35 se sustenta en una red internacional de más de 1.900 proveedores distribuidos en países como Reino Unido, Italia, Canadá, Alemania, Australia y Países Bajos.

Esta cadena global permitió reducir costos durante la primera década del programa, gracias a la ausencia de barreras aduaneras significativas entre aliados occidentales.

Sin embargo, el reciente anuncio del expresidente Donald Trump de duplicar los aranceles a productos de estos mismos países podría alterar profundamente esta dinámica.

El grupo RTX, cuya filial Pratt & Whitney suministra los motores del F-35 utilizando piezas extranjeras, proyecta una pérdida de hasta 850 millones de dólares en 2025, según declaraciones de su presidente ejecutivo, Christopher Calio.

Lockheed Martin, fabricante principal del caza, afirma haber adoptado medidas para amortiguar el impacto, asegurando que posee inventarios suficientes para enfrentar el corto plazo. No obstante, también ha indicado que buena parte del incremento en costos podría trasladarse a los países compradores.

Ante este escenario, varios miembros del Congreso estadounidense han solicitado exenciones arancelarias para el sector defensa.

Europa y otros compradores podrían asumir el impacto económico

El senador republicano Kevin Cramer, integrante del Comité de Servicios Armados, advirtió que sin estas medidas el F-35 será «mucho más caro», lo que afectaría a numerosas naciones europeas que ya lo utilizan en sus flotas.

Por ahora, Trump ha concedido una prórroga de 90 días a todos los países implicados, salvo China.

Esta pausa temporal apenas alivia las tensiones sobre un programa que, si bien representa un hito tecnológico, también refleja la fragilidad de la colaboración internacional ante decisiones unilaterales.

El futuro del F-35, y su viabilidad económica para los compradores internacionales, dependerá de si estas tarifas se convierten en política permanente o si se logra una excepción para la industria de defensa. Mientras tanto, la incertidumbre sobrevuela a este emblema de la aviación militar estadounidense.