Bill Gates escribió recientemente una nota titulada: «El combustible para aviones limpio debe parecerse más a un horno de microondas».
Aquí le dejamos algunas de las conclusiones del millonario y filántropo de Google Bill Gates.
Nueva forma de invertir en innovación y energías limpias
Cuando el primer horno microondas llegó al mercado en 1955, costaba aproximadamente $12,000 en dólares de hoy. En estos días, puedes comprar uno en Walmart por $50.
No es difícil averiguar por qué el costo se redujo tan drásticamente. Los microondas tenían características nuevas que agradaban a los clientes e hicieron algunas cosas mejor que los hornos de gas o eléctricos. A medida que aumentaba la demanda, más empresas entraban en el juego, encontrando formas de hacerlas más eficientes, creando cadenas de suministro y bajando el precio. A medida que los microondas se volvían más baratos, más gente los compraba, lo que atraía más innovación, y así sucesivamente en un círculo virtuoso.
Algunos productos de energía limpia funcionan de la misma manera (la energía solar se ha vuelto dramáticamente más barata en las últimas décadas) pero muchos no lo hacen. Al menos no todavía.
La mayoría de las tecnologías verdes siguen siendo más caras que cualquier cosa que intenten reemplazar, una diferencia de costo que llamo Green Premium. No hacen mejor el trabajo (aparte de contribuir menos al cambio climático, por supuesto) y, en muchos casos, lo hacen peor.
Esta es una mala noticia para la lucha contra el cambio climático. El mundo necesita eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050, y para llegar a ese punto será necesario inventar y desplegar muchos más productos de energía limpia. Aunque es genial que los gobiernos estén invirtiendo más dinero en programas de recuperación ecológica y la gente esté cada vez más dispuesta a pagar la Prima Verde por, digamos, materiales de construcción, la innovación no llega lo suficientemente rápido. Los productos no se están volviendo más baratos o mejores con la suficiente rapidez, y el mercado no está creciendo tan rápido como podría o necesita hacerlo.
El cambio climático no es la única razón por la que deberíamos acelerar las cosas. Las investigaciones muestran que los votantes estadounidenses comprenden cómo el desarrollo de tecnologías limpias generará nuevas industrias, creando puestos de trabajo de cuello azul en campos como la manufactura estadounidense, que ha experimentado grandes descensos en las últimas décadas.
Para acelerar el círculo virtuoso de la innovación, necesitamos un nuevo modelo para financiar, producir y comprar nuevas tecnologías de energía limpia.
Breakthrough Energy Catalyst, una coalición de filántropos, empresas y gobiernos está creando un nuevo modelo. El objetivo es hacer que los otros productos ecológicos sigan el mismo ciclo de adopción temprana, innovación y reducción de costos que hizo que la energía solar y los hornos de microondas fueran mucho más baratos.
Catalyst ha identificado cuatro áreas que están maduras para este enfoque. En cada área, hay algunas tecnologías nuevas que están fuera de la fase de investigación y desarrollo y están listas para implementarse, pero aún no están lo suficientemente maduras como para atraer a los principales inversores. Por lo tanto, una inyección de efectivo relativamente modesta puede marcar una gran diferencia.
Las cuatro áreas son:
- Almacenamiento de energía de larga duración para permitir que la energía se almacene durante meses a la vez, en comparación con los pocos días de los que son capaces las mejores baterías de hoy. Un gran avance en esta área haría que la energía solar y eólica sea más práctica en más lugares.
- Combustibles de aviación sostenibles que pueden propulsar aviones de carga y grandes aviones de pasajeros, que son demasiado grandes y pesados para funcionar con baterías.
- Captura directa de aire para eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera. No podremos deshacernos de todo el carbono de esta manera, pero una forma más barata de hacerlo nos acercaría mucho más a la meta de cero para 2050.
- Hidrógeno verde económico. Los combustibles de hidrógeno son realmente prometedores: pueden proporcionar más energía que las baterías y, por lo tanto, podrían usarse para hacer funcionar grandes aviones y procesos industriales. Desafortunadamente, son muy costosos cuando se fabrican de manera que no emiten más gases de efecto invernadero.
¿Cómo funcionará Catalyst en la práctica? Digamos que una aerolínea quiere contribuir de manera significativa a combatir el cambio climático. Su opción más obvia es comprar combustible sostenible, pero ese combustible escasea porque se produce muy poco y es muy caro.
A través de BE Catalyst, la aerolínea podrá invertir en una gran refinería que produce un alto volumen de combustible sostenible. A medida que la refinería se pone en marcha, la aerolínea puede empezar a comprar combustible allí. Aún mejor, una vez que se demuestre que el diseño de la planta funciona, el costo de construcción de las plantas posteriores se reducirá. Con más refinerías en operación, el volumen de combustible disponible aumentará y el precio bajará, lo que lo hará más atractivo para los compradores, lo que atraerá más empresas innovadoras al mercado. El ciclo virtuoso se acelerará.
Quizás se esté preguntando: ¿Qué gana la aerolínea? No se trata de un vago gesto de bienestar. Catalyst y su socio sin fines de lucro CDP están creando una herramienta que permitirá a todos los que inviertan en Catalyst calcular cuánto reducirán las emisiones futuras con sus fondos. En resumen, la herramienta dirá: Invierte $ 1 y este es el impacto que tendrás en los próximos años. De esa manera, invertir en proyectos de energía limpia puede convertirse en una ventaja competitiva.
Y la aviación es solo un ejemplo. Catalyst también es relevante para las empresas de servicios públicos que necesitan almacenamiento de larga duración, los fabricantes de acero que necesitan hidrógeno verde y las empresas que necesitan captura de aire directa para cumplir con sus compromisos sobre emisiones.
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Fuente: GatesNotes.
