Rappi tiene dinero para patrocinar a la Selección Colombia, pero no para pagar derechos laborales

David Ospina, arquero de la Selección Colombia y de fondo el patrocinio de Rappi
David Ospina, arquero de la Selección Colombia y de fondo el patrocinio de Rappi.

Los Rappitenderos, nombre dado a los socios prestadores de servicios de la APP Rappi, también llamados repartidores, denuncian que están prestando el servicio bajo condiciones precarias de trabajo, sin prestaciones sociales, ni afiliación al Sistema General de Seguridad Social en Salud – SGSSS. Rappitenderos realizaron protestas y «apagón» en busca de mejores condiciones laborales.

“Rappi se da el lujo de patrocinar la Fórmula 1 y ahora a Selección Colombiana de Futbol, pero en Colombia a 40.000 domiciliarios que tienen, no les pagan seguridad social, no les dan baños, herramientas ni seguros. Rappi Colombia, chévere los patrocinios, ¿y los derechos laborales para cuándo?”, señaló el senador Wilson Arias.

Rappitenderos protestan en Colombia
Rappitenderos protestan en Colombia.

Rappi, la startup colombiana más exitosa que se ha extendido a varios países de Latinoamérica, es una plataforma digital que surgió, motivada por la necesidad de la población a buscar soluciones para generar ingresos dentro de la llamada economía colaborativa. (Relacionado: Rappi, la startup colombiana recauda $500 millones de dólares y se valoriza en 5.25 mil millones de dólares)

La plataforma Rappi se vende como una manera de trabajar de forma independiente, siendo su propio jefe; lo que en la práctica supone que aquellos que trabajan en este sector, por sus características no están contemplados en la normatividad colombiana.

Más bien, entran dentro del concepto de flexibilización laboral donde se empiezan a manejar términos como, horario líquido, jornada flexible y empleo sostenible.

Rappi patrocinador oficial de la Selección Colombia
Rappi patrocinador oficial de la Selección Colombia.

Por eso en este tipo de emprendimientos la relación de los socios prestadores de servicios con la compañía es a través de un contrato civil y comercial, en vez de tener una vinculación de índole laboral, que es donde se contemplan las prestaciones sociales.

Esta situación ha generado una reacción de la comunidad en contra de Rappi, ya que se considera una injusticia con los colaboradores no reconocerles un estímulo por la productividad, a pesar de laborar entre 10 y 12 horas diarias para ganar su sustento, ni tampoco cubrir sus prestaciones sociales.

La injusticia es más marcada cuando la empresa se da el lujo de patrocinar con altas sumas de dinero eventos deportivos; en detrimento de aquellos que por su productividad hacen que las ganancias de Rappi sigan creciendo descomunalmente, adoleciendo de las más mínimas condiciones de seguridad para realizar su labor.

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Así lo denunció el senador del Polo Democrático Alternativo, Wilson Arias, a través de sus redes sociales. «Rappi traerá beneficios económicos para la hinchada de la Selección y Rappi, pero y ¿para cuándo los derechos laborales de sus miles de trabajadores?».