Quizás las personas vean como buenas obras las donaciones de Postobón de la Organización Ardila Lulle, una de las más ricas y poderosas del país y segundo Tecnoglass, del empresario barranquillero Christian Daes, un poderoso contratista del Atlántico y amigo de los Char.
Hay una paradoja, porque los deportistas colombianos no deberían pedir limosnas para tener una calidad de vida aceptable y poder ayudar a sus familias, sin embargo, esta situación es el pan de cada día.
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Los empresarios y empresas grandes del país sacan pecho con las donaciones que representan una migaja para ellos, comparándolas con las millonarias utilidades que tienen año tras año estas empresas.
Por ejemplo, en Tecnoglass las operaciones de la compañía alcanzaron los US$127,7 millones, mientras que la utilidad creció 52,9% con US$48,6 millones para el segundo trimestre de 2021.
Christian Daes le donó 50 millones a través de su Fundación al deportista Yuberjen Martínez luego de su eliminación injusta de los juegos olímpicos. Aquí el empresario ganó en rebaja de impuestos y además mejoró su imagen pública.
La empresa Postobón también se sumó a las donaciones con $90 millones y con el apoyo para la cirugía de la mamá.
Aunque esto parecen buenas obras, la realidad es que Postobón es una de las empresas intocables en las reformas tributarias de los gobiernos de turnos.
Si en Colombia las megaempresas pagarán impuestos progresivos el presupuesto público alcanzaría para mejorar la calidad de vida de los jóvenes.
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