En un conmovedor video que circula en redes sociales, un emprendedor colombiano, Arnol Almanza, dueño de la microempresa Juguetes MAQNA, expresa lo difícil que es ser emprendedor en Colombia.
En el video que dura poco más de tres minutos, el creador del negocio revela el inicio de su empresa y cómo surgió la idea de la fabricación de juguetes para niños.
MAQNA produce juguetes artesanales de maquinaria pesada y vehículos a escala fabricados con tubería PVC como materia prima.
Todo comenzó en el 2014 cuando, luego de realizar un curso de maquinaria pesada, surgió la necesidad de que los niños vivieran la experiencia de operar una máquina de tal magnitud en miniatura.
Con recursos muy limitados, pero con ganas inmensas de emprender, el joven colombiano desarrolló su primer modelo de excavadora empleando el sistema mecánico de las sombrillas.
Al notar que funcionaba, tuvo que buscar maneras de pulir su trabajo, ya que el primer ejemplar estaba hecho con un carro de juguete dañado, frascos de veneno vacíos y un improvisado sistema de ensamblaje.
Pero pese a los inconvenientes estéticos, la mecánica y operabilidad del juguete eran perfectos.
Tras probar con varias opciones como la fibra de vidrio para producir la excavadora en serie, finalmente encontró en las tuberías de PVC la materia prima adecuada para la fabricación de su maquinaria de juguete.
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Al cabo de un tiempo, ya se encontraba produciendo en masa y tuvo la oportunidad de generar empleo subcontratando a otros que aportaran al proceso de fabricación.
El negocio comenzó a dar frutos y a mostrar los resultados esperados.
Sin embargo, en ese momento, el hombre asegura que comenzó a ser visitado por cobradiarios, financieras, bancos, la DIAN, la Cámara de Comercio y el Fondo Nacional de Garantías.
“Y como si fuera poco, el gobierno que me estaba viendo dijo: ‘uy, ¿cómo? Un emprendedor. Hay que caerle’… y le dijo a los bancos: ‘por cada 10 millones de pesos que le prestes, le vas a descontar 1 millón para mí’.
Yo alcé mis manos y dije: ‘Yo solo quería hacer un juguete para niños’”
El hombre califica como “monstruos” a estas entidades que pretenden sacar provecho y asfixiar a los pequeños emprendedores colombianos.
Por lo que pensó encontrar apoyo en sus seguidores, de modo que pudiera seguir publicitando su producto y mostrar lo difícil que resulta emprender en un país como Colombia.
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