El unicornio colombiano Rappi valorado en más de $1.000 millones de dólares se enfrenta a las protestas de los repartidores en la ciudad de Medellín, Colombia. El inicio de Rappi comenzó en el Parque de la 93 en Bogotá.
Las protestas de decenas de rappitenderos de la compañía del sector ‘delivery’ se hizo sentir en las redes sociales el pasado domingo 04 de septiembre.
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Rappitenderos contra Rappi
Rappi tiene un gran reto en las economías emergentes, garantizar seguridad social a los independientes que decidan sumarse a la aplicación como trabajadores.
Aunque en estos momentos las leyes de Colombia protegen a los inversionistas y al modelo de negocio de la compañía, esta situación puede cambiar en los próximos meses.
En Medellín, los rappitenderos protestaron contra el unicornio por abuso laboral y explotación.
Algunas de las pancartas que se pueden leer dicen los siguientes mensajes: “Explotación laboral”, “Hora 0 paro Rappi”, “Clientes Rappi no pagan las propinas”, “no + pedidos $2.000.”
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La combinación de quejas entre los rappitenderos se basa en que algunos clientes de la plataforma no pagan las propinas aún cuando dicen que van a pagar.
Los repartidores también se quejan que a pesar de trabajar hasta 12 horas al día sus recompensas no son significativas, o sea, no tienen bienestar social.
“Los domiciliarios denuncian que sus garantías en la plataforma son mínimas y que además los porcentajes que reciben de los domicilios son cada vez menores”, dice un medio local de Medellín.
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