Australia se dirige a Catar para su quinta aparición consecutiva en la final de la Copa del Mundo después de que la apuesta de tiro penal del entrenador Graham Arnold tuvo éxito de manera dramática cuando el portero suplente Andrew Redmayne se lanzó a su derecha para detener el lanzamiento de Alex Valera para enviar al país insignia de Oceanía a Catar 2022. Ya no respetan a James Rodríguez, ahora se burlan en su cara.
Australia tuvo lo mejor de los 90 minutos del tiempo reglamentario; ninguna de las partes pudo lograr el avance en los 30 minutos adicionales de la prórroga, lo que aseguró el dramático desenlace que traería la tristeza para los peruanos.
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Australia fue estratégico
El entrenador de Australia Arnold sorprendió a los fanáticos en el estadio cuando con unos minutos para el final de la prórroga, quitó al portero y capitán Mat Ryan y lo reemplazó con Redmayne, quien creía que sería más efectivo en la tanda de penaltis.
Dio sus frutos de la mejor manera imaginable. Australia contuvo los nervios después de que Pedro Gallese detuviera el primer penalti de Martin Boyle para empatar cuando Luis Advincula de Perú falló; ambos equipos siguieron anotando hasta que el dramático lanzamiento de Redmayne los envió y condenó a Perú a la derrota.
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El guantero del Sydney FC usó su estilo de baile Wiggles en la línea de gol mientras ambos equipos jugaban juegos mentales en el más dramático de los escenarios.
Australia ahora se enfrentará a los campeones mundiales Francia, Dinamarca y Túnez en la fase de grupos en Catar en noviembre.
Con el jefe de los canguros, Graham Arnold, enfatizando la necesidad del «ADN australiano» (ritmo, poder y físico) para socavar a los peruanos, no fue una sorpresa que su equipo intentara afirmarse temprano.
Arnold había pedido a Australia que se pusiera «en sus caras» y evitara que Perú jugara su juego, y en los intercambios iniciales fueron los Socceroos, no los sudamericanos, quienes parecían los más peligrosos.
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