Carlos Antonio Vélez revela mala influencia familiar que atrapa a Luis Díaz

Carlos Antonio Vélez arremete contra la familia de Luis Díaz
Carlos Antonio Vélez arremete contra la familia de Luis Díaz.

El periodista deportivo, Carlos Antonio Vélez, ha lanzado una de sus más duras críticas, esta vez dirigida no al desempeño en la cancha, sino al entorno que rodea a una de las máximas figuras del fútbol colombiano, Luis Díaz.

Para Vélez, la familia y el círculo cercano del jugador del Liverpool le están ocasionando un daño profundo, debilitando su imagen y exponiéndolo innecesariamente en momentos críticos.

Carlos Antonio Vélez arremete contra la familia de Luis Díaz
Carlos Antonio Vélez arremete contra la familia de Luis Díaz.

La controversia: fiesta y sonrisas en medio del luto de Liverpool

La gota que derramó el vaso, según el análisis del comentarista en su espacio «Palabras Mayores», fue la viralización de imágenes de los familiares de ‘Lucho’, incluyendo a su padre ‘Mane’ Díaz y su hermano Roller Díaz, bailando y celebrando.

A esto se sumó la participación del propio futbolista en un partido de influenciadores, donde se le vio sonriente y despreocupado. El problema, recalca Vélez, es el contexto, estas escenas se difundieron el mismo día que en Liverpool se vivía un ambiente de duelo por el funeral de un compañero de equipo, Diogo Jota.

«Lucho, di algo. El entorno te está pudriendo, te está debilitando», sentenció Vélez, visiblemente molesto. El periodista cuestionó duramente que se permitiera la difusión de esas imágenes festivas mientras el club inglés estaba de luto, calificando la situación como una falta de sensibilidad y respeto.

Para Carlos Antonio, el problema es profundo y estructural. Describe al entorno del guajiro como un grupo que lo absorbe y que está compuesto por «familiares, figuretis, borrachitos que salen a decir cosas, parlanchines, chismositos».

Según él, estas personas se aprovechan de cualquier micrófono o cámara para hablar sin filtro, utilizando de mala manera la imagen del deportista.

La responsabilidad, sin embargo, también recae en el propio jugador. «Pero Lucho, tú tienes la culpa también porque no les has parado el macho. Basta», afirmó contundentemente.

Vélez le exige al futbolista tomar las riendas de su propia marca y decidir si está de acuerdo con la forma en que su entorno maneja su reputación.

Una imagen devaluada: entre rumores de traspasos y ‘figuretis’

El comentarista también abordó cómo este círculo cercano alimenta especulaciones sobre su futuro, mencionando los rumores que lo vinculan con el FC Barcelona o supuestos arreglos con el Bayern Múnich. «¿O estás de acuerdo con que vendan tu imagen como regalado al Barcelona?», preguntó retóricamente, recordando que Díaz tiene un contrato vigente con el Liverpool, club que posee sus derechos deportivos y le paga un salario.

Esta situación, argumenta Vélez, devalúa la seriedad y el profesionalismo del jugador, convirtiéndolo en protagonista de chismes y no de hazañas deportivas. El amor que la afición de Liverpool le profesaba, sugiere, podría estar conjugándose en pasado debido a estos episodios que «no tienen presentación».

La ausencia en el funeral de Diogo Jota: ¿una falta de respeto imperdonable?

La ausencia de Díaz en el último adiós a su compañero dejó mucho qué decir. Vélez comparó la situación con jugadores del Al-Hilal que tomaron un vuelo privado para cumplir con sus compromisos. «¿No tienes para un avión privado? ¿Cómo si tienen para otras cosas?», cuestionó, insinuando que la prioridad debió ser la solidaridad con quien fue más que un colega, un amigo que le brindó «posada y albergue» a su llegada a Inglaterra.

«Es de elemental respeto, que si no puedo ir, tampoco me voy de joda», concluyó sobre este punto, calificando la ausencia y la posterior fiesta como un error grave.

A pesar de la dureza de sus palabras, Carlos Antonio Vélez reiteró su «profundo respeto por el fútbol de Lucho, por su carrera meteórica, brillante». Reconoce que cuando Díaz se concentra únicamente en el juego, sus capacidades lo hacen brillar.

El problema surge fuera del campo, cuando las opiniones y acciones de su entorno toman el control. Por eso, su mensaje final fue un llamado a la acción, una súplica directa y sin rodeos: «Tiene que sacudir, hermano. Sacúdase».